viernes, 9 de noviembre de 2018

El SISTEMA POLÍTICO

Los sistemas políticos y administrativos españoles son del todo ineficientes (Capítulo I)

El SISTEMA POLÍTICO se ha convertido en un sistema de choque entre partidos, un oligopolio de grandes corporaciones políticas donde ni por arriba, España importa nada, ni por abajo, los españoles tampoco. Se han convertido, aprovechando los errores iniciales de planteamiento de la transición en un ecosistema privilegiado, donde se premia más el decir que el hacer, e incluso el dejar de hacer que el buen hacer. Esta oligarquía rebosante de prebendas tipo Juan Palomo, otorgadas por ellos mismos a ellos mismos, no se despierta por las mañanas pensando como decía JFK: "No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país". No. Ellos se levantan pensando en cómo llegar a esa bolsa de votos perdidos que les ayude a seguir en la poltrona que su partido les mantiene. Pero España o los españoles poco aparecen por sus pensamientos.

El Senado es inoperante, la corrupción campa a sus anchas, unos silencian las vergüenzas de otros en con una mudez cómplice, la medición de resultados de gestión no existe, la valoración de sus capacidades no existe, el incumplimiento de programas electorales es la pauta normal, el recurso a la mentira o la media verdad es el pan nuestro de cada día, la incongruencia no se castiga, y encima se dotan a ellos mismos de una autoprotección o blindaje mediante aforamiento, favores a la banca y control de los medios de comunicación.

Media España se vuelve loca llegando a fin de mes y teniendo que pagar injustos impuestos que permiten a los integrantes del sistema vivir como semidioses en un país donde existe la pobreza. Los políticos en España que viven del erario público son 500.000. Gobierno Central, Cámaras, Gobiernos autonómicos, Cámaras autonómicas, Diputaciones, Agrupaciones de municipios, Ayuntamientos, Empresas Públicas, Empresas Instrumentales, Asesores, Observatorios, y toda una pléyade de organizaciones tan absurdas como inútiles. 500.000 privilegiados alimentados por casi 50 millones de personas trabajadoras y pagadoras de impuestos. Cargos inútiles, quintuplicados, con sueldazos y comisiones, dietas y todo tipo de complementos.

El sistema político no funciona, no. Porque nuestros políticos no quieren que funcione. ¡Para qué van a introducir cambios y sanearlo, si está hecho a medida de sus ambiciones! Por no cambiar, no cambian ni lo más sagrado, las leyes que deben defender nuestros símbolos o nuestra unidad y castigar a quienes los pisotean o quieren independizarse.

Y a esto que llegan de golpe y porrazo una gente que dice que se deben acabar las subvenciones a partidos, sindicatos y patronales; que se deben endurecer las penas por corrupción; que se debe terminar con una administración paralela; que las autonomías sólo sirven para que los políticos se multipliquen y deben desaparecer; que debemos rebajar la carga de los cargos (que valga la redundancia) para poder bajar impuestos, etc... En definitiva, llegan unos tipos que asustan al político porque quieren acabar con su sistema de privilegios por el bien del resto de españoles. Seguid votando lo mismo, seguid. Votar lo mismo implica tener lo mismo, un político viviendo como Dios por cada 100 españoles.


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