domingo, 29 de enero de 2017

SOLEDAD Y DESOLACIÓN

SOLEDAD Y DESOLACION

Usualmente, confundimos la condición temporal o permanente de soledad con la sensación  emocional de desolación. La soledad, desde un punto de vista terapéutico, es la decisión de estar solos para vivir, procesar, digerir e integrar un proceso que estamos viviendo. Incluso, puede ser una decisión permanente de vida, es decir, una forma de estar en el mundo, en compañía propia, más bien que en compañía de otros. Sin embargo, la presión social o conserva cultural, regularmente critica esta decisión de vida por no comprenderla apropiadamente.

Por otro lado, la desolación tiene que ver con una sensación interna de estar desvalidos, sin el amor de otros, con la impresión (usualmente imaginaria) de no ser querido por los demás. Tiene que ver con la sensación de sentirnos secos, incompletos, con una gran falta de cariño; y con la idea de que los seres que están conmigo no me aman, o no lo hacen como deseo que lo hagan. Planteado desde otro punto de vista, tenemos la sensación de que no logramos entrar en comunión con los seres que me acompañan, con aquellos que están conmigo.

Sin embargo, esa sensación de desolación, más que un indicativo de que los demás no me aman, o no lo hacen apropiadamente, de acuerdo a mis expectativas; más bien tiene que ver con un indicativo de que la relación que tengo conmigo está deteriorada, bien sea porque no me respeto mis tiempos, mis necesidades, no me escucho apropiadamente, no me quiero, no me pongo límites apropiados, y termino abusando de mi como ser humano. También puede ser un indicativo que muestra que mi amor propio está menoscabado, pues cuando mi relación con los demás está deteriorada, esto termina hablando de mi relación conmigo mismo.

No estar en comunión con los demás, termina siendo un indicador de que no estoy en comunión conmigo; y lo que reclamo o espero de los demás termina siendo aquello que en primera persona no estoy haciendo en mi vida para sentirme bien. Incluso, si las relaciones que tengo con otros son ciertamente relaciones tóxicas e inapropiadas en mi vida, fui yo quien en algún momento las escogió por alguna necesidad inconsciente.

Muchas veces, este estado de falta de comunión con los demás, y en última instancia, con nosotros mismos, tiene que ver con esa necesidad de mantenernos en un permanente estado de insatisfacción, de ausencia de felicidad, que está sobre todo fundamentado en la cultura del éxito, del tener, del poseer, del lograr; y de la falta de aceptación de nuestra vida tal como está, de lo que estamos transitando. Esto trae como consecuencia una sucesión de aparentes alegrías, cuando las cosas se aproximan a lo que deseo; y de profunda tristeza y desolación, cuando las cosas se alejan de aquello que continuo esperando, en desconexión de lo que realmente está ocurriendo en el mundo exterior.

La propuesta es, entonces, revisar esa sensación de desolación, en primera persona, en mi intimidad, para ver cómo esa soledad existencial que siento en relación con el mundo exterior, está hablando de mi propia soledad interior, de mi propio vacío, de mis propios descuidos conmigo mismo.

jueves, 26 de enero de 2017

LO EVIDENTE

A veces hay que recordar lo EVIDENTE. ¿Porqué unos pocos consiguen tal impacto en la PERCEPCIÓN de todos?.
Es sencillo. Han averiguado que la gente no analiza los datos reales, sino que solo lee los titulares de los blogs afines y se los cree si concuerdan con sus ideas previas.
Ello lleva a una espiral de convencimiento no cuestionado que los enroca ideológicamente.
Esta esclerosis en el juicio objetivo conlleva una superioridad moral basada en la emotividad y en el sentimiento ficticio de que "todo el mundo lo sabe".
Conformar un micro universo de adeptos que sistemáticamente rechazan a todo su entorno disidente y al discurso que adoptan, se retro alimenta en una endogamia intelectual.
Es un fenómeno bien conocido y estudiado en antropología social y psicobiología.
Llegado un punto, los partidarios se cierran visceralmente a toda información contraria, por veraz y nueva que sea, y la perciben como un ataque personal a ellos. Actúan como una prolongación de su líder, identificándose con él más allá de sus propios intereses como votante y ciudadano.
Estos fenómenos florecen siempre en un clima de crisis, como toda creencia mesiánica. El impulso social de los primates nos aboca a la pertenencia a grupos, máxime en gente joven que ha abandonado muchos vínculos tradicionales como la religión, la autoridad, la política y la ética social heredada.
Por eso estos movimientos se esfuerzan en conceptos fáciles de vender, como que lo "nuevo" es mejor que lo "viejo", que todo "cambio" no puede ser a peor, o que los mayores de 40 años son personas obsoletas.
De este modo, el voto de un chaval de 18 años desmotivado, anula el de un experimentado adulto al que ya han engañado muchas veces y que es más difícil de convencer.
Toda virtud es convertida en privilegio. Si estudiaste es porque tus padres eran ricos, si trabajaste es porque tu entorno te promocionó de forma corrupta. Los méritos son losas, las carencias significan que eres un desheredado y mereces una compensación. Ellos te la van a regalar... ¡Porque lo mereces!, ¿a quién no le gusta oír esto?
Leyendo historia, estos movimientos de masas enfadadas se encuentran una y otra vez, siempre justo antes de un desastre económico que marca decenios de atraso en esas sociedades.
La idea falsa de que todos los "ricos" son malvados, y por tanto, si uno es "pobre" es porque es buena persona, lleva de inmediato al deseo subconsciente de que van a "repartir" y que algo nos tocará. Es tan infantil y medieval como todo pensamiento prefabricado.
No importa la verdad, sino la apariencia.
El biólogo Frans de Waal lo explica perfectamente en su magnífico libro La Política de los Chimpancés, que os recomiendo.
Ninguna sociedad primate avanza despreciando y relegando a sus individuos experimentados. Somos primates.
Por eso me esfuerzo en explicar y en poner un CON delante del VENCER.
Contemplar el bien común en clave de confrontación es la peor de las estrategias sociales, porque a la postre, ganamos o perdemos todos.
Una sociedad no puede presumir de igualitaria mientras apoya una lucha de machos alfa de libro. Ninguna mujer debería sustentar esta pelea. La que estaba, ha sido expulsada injustamente.
No van a repartir nada, porque los que puedan invertir, simplemente se irán a hacerlo a otro país donde la experiencia y las instituciones sean respetadas.

lunes, 2 de enero de 2017

ASÍ DEBERÍA SER

Luchamos o nos rendim
Luchamos o nos rendimos
El tiempo lo podemos clasificar en dos sentidos, en las horas del reloj, que siempre serán las mismas, las doce de hoy serán las mismas que las doce de mañana, pero las circunstancias del tiempo no serán las mismas por cuanto el tiempo sí que transcurre. Actualmente, la sociedad, no ya la española, sino podemos decir la mundial, está en un estado de nerviosismo generalizado, pero como los problemas cuando se notan es cuando se sienten sobre uno mismo los que a nosotros nos preocupa son los que nos atañen directamente.

Que se han vivido situaciones más extremas que las actuales no es punto de discusión, que estas circunstancias actuales se superarán y quedarán en el olvido, seguramente, pero ello lo comparo con una operación quirúrgica, posiblemente la dificultad no estribe en la cirugía realizada, sino en las secuelas de la rehabilitación. No obstante debemos comenzar a ser conscientes de nuestra realidad actual y de la futura, de nuestra propia responsabilidad, y que el futuro lo tenemos que comenzar a plasmar desde nuestro propio esfuerzo.

Enjuiciemos, analicemos y calibremos lo positivo y lo negativo de las actuaciones de nuestros representantes políticos, indaguemos en la conducta y profesionalidad de los mismos, seamos críticos con las actuaciones de nuestros partidos políticos y en las próximas elecciones nuestra decisión tiene ser realizadora de un cambio que posibilite el ascenso a los puestos dirigentes de verdaderos gestores de nuestro futuro político, económico y social. Se ha pasado el tiempo en que los españoles éramos bisoños en la práctica democrática, no podemos escudarnos en ello, la responsabilidad del futuro de nuestra nación también recae en nosotros, el camino nos lo pueden mostrar, pero somos nosotros los que tenemos que erradicar del camino aquellas piedras que lo entorpecen. No podemos darnos por vencidos, debemos comenzar una verdadera lucha para que la estabilidad económica, social y política vuelva a nuestra querida España, desde la cooperación, la sensatez, el esfuerzo del trabajo, y la conciencia del bien de todas nuestras regiones sin exclusiones ni agravios.

Pero para ello, como generalmente es preciso, se necesitan líderes que sean poseedores de la confianza del pueblo, líderes que actúen con claridad, honestidad y entrega, líderes que antepongan a intereses ocultos el verdadero interés por el cual han ascendido al mando, el interés por el pueblo, y con el verdadero valor de realizar las decisiones sin temor, siempre que de ellas se proyecte el beneficio general.

La problemática más generalizada es la falta de empleo. El trabajo es la fuente de la riqueza y de la estabilidad del individuo, cualquier ciudadano entre los valores que le son característicos, incluiría primero la salud y luego el trabajo. Como ciudadano ilicitano, soy conocedor de una de las grandes virtudes que siempre hemos alardeado, el espíritu emprendedor del ilicitano, y de los que no siendo de raiz ilicitana están impregnados de la misma ilusión de emprendedor y empresario. No comparto declaraciones políticas que basan la creación de empleo en la administración, volveríamos a lo que en ningún momento actual apoyamos, a un incremento del empleo público, es la empresa privada la que tiene que fomentar la creación de nueva industria.

Estamos atravesando una peculiar situación política en nuestro país, y duele observar que nuestros futuros representantes políticos, a pesar de sus incesantes declaraciones en cuanto al beneficio del pueblo español, éstas se traslucen más en declaraciones demagógicas que en un verdadero deseo.

 Precisamos de nuevas directrices y de direcciones objetivas, de verdaderos trabajadores políticos y no de figuras de exposición mediática, confiemos pues que aquellos que nos representen están obligados a actuar con lealtad y dedicación al ciudadano que cedió su voto, y que al mismo tiempo sean conscientes de que a pesar de las diferentes ideas políticas de cada uno de los ciudadanos hay un deseo generalizado, la paz, el trabajo y el bienestar social.